Los vikingos, una de las culturas guerreras más fascinantes de la historia, fueron por excelencia los mejores guerreros de su época y tal vez, porque no, estén entre los mejores de todos los tiempos, si bien es cierto que fueron mucho más que unos simples guerreros sedientos de sangre son bien conocidos por conquistar, saquear, dominar y aterrorizar Europa o gran parte de ella durante 300 años. Su forma de luchar se caracterizaba básicamente por lo violento y repentino de sus ataques. Llegaban, saqueaban y se iban antes de que se pudiera formar un ejército para hacerles frente. Su reputación y el miedo los seguía a donde fuera que ellos iban, tanto así que la mayoría de las grandes ciudades preferían pagar increíbles sumas de oro antes que enfrentarlos en combate.
Es cierto que para ser un vikingo tenías que ser un guerrero letal por naturaleza, pero a su vez dentro de sus filas existía un grupo más limitados de hombres, unas máquinas hechas para la guerra, se los conocía como los “Berskers”, en otras palabras, las fuerzas especiales vikingas. Si un guerrero vikingo ordinario ya era temible imagínense a los Berskers, los relatos y leyendas de la época los definen como, básicamente “animales”.
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Usaban pieles de animales (generalmente de lobos y osos) como única armadura, entraban en combate en una especie de trance psicótico, lo único que deseaban era matar, aniquilar, no sentían miedo alguno, eran verdaderas máquinas de matar. Según se dice en las leyendas antiguas, como estos guerreros solo usaban las pieles de los animales adquirían la fuerza y vitalidad de estos además estos guerreros eran devotos únicamente al dios Odin, ya que eran elegidos personalmente por él.
Los expertos aseguran que esta excesiva violencia, esa inagotable sed de sangre era producto del uso de hongos o setas alucinógenas conocida como “amanita muscaria”. El nivel del brote psicótico alcanzado era de tal magnitud que los hacía, en otras palabras, invencibles. Imagínense por un segundo que son soldados anglos, en frente vienen estas bestias grandes por propia naturaleza gritando y aullando como si fueran animales, echando espuma por la boca y blandiendo hachas y espadas, digamos que si no se mean, seguro se cagan. Pero según dicen este trance los hacia peligrosos hasta para ellos mismos ya que a veces eran incapaces de reconocerse.
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En relación a él porque del nombre Berskers, una teoría indica que viene del berr (desnudo) y sker (ropa parecida a una camisa). La otra sostiene que el nombre proviene del termino germánico berr (oso) haciendo referencia a su forma de vestir.
Como la cultura nórdica en si, especialistas sostienen que el declive y posterior desaparición de estos guerreros está fuertemente vinculada a la cristianización, pero aun hoy las gestas y hazañas de estos guerreros son recordadas en diversas sagas nórdicas como la saga de Egil Skallagrímson y la Hrólfs saga kraka.